UFFFF, últimamente sólo veo búhos y más búhos.
Tatiana me encargó unos cojines para un rinconcito de su casa. Tenían que ser de un tamaño especial, hechos a medida.
Al principio quería una pequeña chapucilla con unos retales de tela que ella ya tenía en casa, pero la mandé una foto de esta tela y se enamoró.
Silvia, es preciosa, ¿pegará con el resto del recibidor?
El pedido inicial fue un cojín a medida para este banco tan bonito que tiene en el recibidor y luego todo fue surgiendo sobre la marcha.
Como sobró algún retal de la tela, ella misma realizó estos cuadritos a juego.
¿Qué os parece? Yo ya me he enamorado de este rinconcito, ha quedado realmente precioso.
Un beso, Silvia.